Caverna de Quiocta

La caverna de Quiocta, ubicada a 10 Km de la ciudad de Lámud, aunque la conocía un poblador del lugar, nunca se ofreció a entrar por el temor y respeto a los antepasados, fue el señor José Espinosa Ortecho, quien buscando orquídeas se encontró con este lugar y decidió explorarlo, ya en la actualidad, se encuentra protegida con una entrada para prevenir su deterioro. 

Existen varias cavernas en Amazonas como las de Baquin, Callitas, en que se han encontrado restos, de haber sido ocupadas para diversos fines, siendo la de Quiocta la más impresionante.

En los mitos y ritos prehispánicos, las cavernas fueron consideradas un lugar de nacimiento colectivo, llamadas pacarinas (lugar de origen de los hombres), siendo la caverna el arquetipo de la oquedad creadora, la matriz de la naturaleza humana y divina.  

Esta caverna está custodiada por dos rostros de guerreros tallados en piedra calcárea extraídas de la misma caverna, habiendo en la parte exterior pinturas rupestres en la pared que muestran la función de la caverna, habiendo sido utilizada como centros rituales y sanatorios, además se encuentran diversos restos de entierros por toda la caverna, algunos removidos por el agua que debe haber estado en otros tiempos canalizada, por el buen estado del camino por donde se transita, no encontrándose piedras diseminadas como en otras cavernas, además de diversos cráneos acondicionados a los costados de las grietas a manera de “guardianes”.

Además existen salones circulares encontrándose esculturas naturales de hermosas figuras que recrean la imaginación, encontrándonos en un mundo desconocido, natural y salvaje, que debe haber servido además como oráculo, por la complejidad de las figuras y el gran tamaño de algunas, así como una formación natural en a manera de tina de baño, para fines ceremoniales. Existiendo al final de la caverna una pequeña fuente de donde brota agua, siendo las filtraciones de la laguna de Chilmal, por encontrarse cerca a este lugar.