Periodo Arcaico

Hacia el 5000 al 1800 a.C. se reúnen gentes por actividades socio-económicas y culto, iniciándose la distinción en los andes.

Ultimas excavaciones en Caral  y Ventarron (Lambayeque) han dado evidencia de esta tradición del arcaico estaba más desarrollada en su época, ampliando el conocimiento de este periodo.

Las características las concentra la Tradición Mito (arcaico superior), con elementos como: el Centro Ceremonial, altares, fogón ceremonial (inscritos con un pequeño patio), nichitos  trapezoidales e imágenes de carácter religioso.

El crecimiento de estos centros ceremoniales fue en forma vertical, logrado a través de sucesivas adiciones y reconstrucciones (rellenos y pisos superpuestos). Hay existencia de revoques y/o enlucidos finos, pintura blanca cubriendo secciones internas de los recintos precerámicos (Kotosh y La Galgada).

En Kotosh se prolonga la tradición del "horno inscrito en el patio" hasta el Periodo Inicial con cerámica. Se han encontrado ajuares funerarios y ofrendas públicas en Kotosh como son huesos de cuy en canastas y bolsas pintadas alrededor de los cadáveres, además en Huaricoto ofrendas de animales quemados.

Imagen 1: a y b.- kotosh y c.- La Galgada

En Kotosh, uno de los centros ceremoniales más desarrollados de la época, encontramos escultura en barro como las llamadas manos cruzadas; mientras que en La Galgada se hallaron manos pintadas en rojo sobre enlucido.

Nacimiento del lenguaje iconográfico

La mayoría de imágenes que surgen a finales del periodo arcaico (3500-2000 a. C) tienen como soporte en los tejidos (elaborados sin telar), este hecho habría de marcar el estilo y la expresión artística desde el ande desde entonces, los tejidos cumplían un rol como elemento de expresión de expresión de ideas y distinción de rango social.

De otro lado, representaciones estilizadas de seres antropomorfos, serpientes bicéfalas y aves entrelazadas contienen los primeros gérmenes de ideas vinculadas en los mitos, leyendas y dioses. La imagen y el símbolo tienen medios de conservar y comunicar estas creencias.

 

Imagen 2: a y b.- Asia, c y d.- La Galgada, e y f.- H. Prieta


-El hombre de Paracas o Santo Domingo.

Fue encontrado en el departamento de Ica, frente al mar peruano en la bahía de Paracas. En el asentamiento Cabeza Larga, teniendo una antigüedad aproximada de 6800 a.C.

El descubridor fue el arqueólogo Federico Éngel Feredico Engel 1950 a 1964 que ubicó restos humanos envueltos en cestos junto a restos de pallares, frijoles y calabazas domesticadas. Asimismo, encontró restos de una antigua red de pescar y una flauta de hueso. Muy cerca de Santo Domingo, en Paracas, Éngel descubrió el “osario” de Cabeza Larga con restos humanos incompletos de hasta 60 individuos colocados entre capas de esteras y pieles de animales.

El litoral de la costa de Ica sobresale como una de las regiones más notables de la prehistoria del Perú. Los restos fósiles hallados en su litoral (de cetáceos gigantescos) correspondientes a la edad terciaria confirman la antigüedad de la zona. Los restos óseos de "El Hombre de Paracas", el segundo horticultor del Perú (6870 a.c.),
Estuvieron organizados en hordas o bandas, dedicándose a la pesca, la agricultura y el trueque, eran aldeanos de economía mixta, construían chozas de troncos, carrizo, huesos de ballena y paja.

Además de los cultígenos mencionados aprovechaban los recursos hidrobiológicos de litoral. Parte de su dieta lo conformaban los pescados, cangrejos, mejillones (choros), aves y lobos marinos.

Se vestía con fibras vegetales entrelazadas, vivía en chozas semicirculares y realizaba algunos cultivos. Era un agricultor seminómade, que variaba de locaciones en forma posiblemente periódica. Tal es el caso del Hombre de Cabeza Larga, también hallado en Paracas, de 5.000 años de antigüedad.

La tecnología que utilizaba el hombre de paracas era aun lítica pero se iba perfeccionando con el tiempo, sus técnicas de textileria como queda comprobado en las redes de pescar eran incipientes, debiendo dar origen al desarrollo textil que estaría de manifiesto en la cultura Paraca y sus famosos mantos.

 

-El hombre de Telarmachay.


Se encontró en la cueva de Telarmachay, en San Pedro de Cajas, región Junín, con un antigüedad de 7 000 a 4 500 a.C aprox. La arqueóloga francesa Daniele Lavallèe ubicó en 1974 abundantes restos óseos y coprolitos (excrementos) de camélidos domesticados, adultos y tiernos, lo que demostró que estos animales ya convivían con el hombre. El hombre de Telarmachay es considerado el primer pastor de camélidos del Perú y América.

El pastoreo de camélidos se extendió por las punas altoandinas de Pasco, Huánuco y Ancash. Los habitantes  que desarrollaron el pastoreo de llamas y alpacas se aseguraron, carne, lanas y huesos para la fabricación de instrumentos diversos. Además, fue muy importante el uso de las llamas como bestias de carga, para el traslado de productos a pisos ecológicos más bajos. También desarrollandose el procesamiento de la fibra de camélidos.

Se encontró resto de la caracola strombus y un niño con un collar hecho en concha marina con lo cual queda establecido las relaciones económicas entre la sierra y la costa peruana intercambio con pueblos de los valles contribuyó al enriquecimiento cultural de los hombres andinos.

También se descubrieron en Telarmachay, antiguos hornos, tipo fogones donde empleaban piedras calientes así como fragmentos de carbón. Son evidencias del uso de las conocidas pachamancas.

-El hombre de Jayhuamachay

Se encontró en una cueva ayacuchana ubicada a 16 Km de la ciudad de Huamanga. Tiene una antigüedad promedio de 8,600 años. Fue uno de los primeros pastores de América, domestico a la paleo llama. Según Richard Mac Neish, fue utilizada por antiguos criadores de llamas durante el Arcaico Temprano. En este sitio arqueológico se ubicaron restos óseos de llamas, así como una gruesa capa de coprolitos, que hacen suponer a su descubridor que la caverna fue utilizada como corral por antiguos pastores de camélidos andinos. También es probable que hayan practicado la horticultura, por los restos de achiote que se encontraron en sus estratos.

 

-El hombre de Chilca.

Ubicado en la zona de tres ventanas, en el valle de chilca a 50 km al sur de lima. Con 6000 años antigüedad aproximadamente. Siendo su descubridor el arqueólogo francés Federico Engels.

Es conocido principalmente como un horticultor, es decir, en esta área se inicio la agricultura en pequeñas parcelas. Las tribus que habitaron Chilca conformaron un asentamiento humano compuesto por 420 viviendas estudiadas por Federico Engels, compuesta en unas chozas cónicas construidas con troncos y ramas de sauce o de terrones y piedras.

La alimentación del hombre de Chilca eran principalmente recursos marinos en un 91% y algunas plantas cultivadas como: el zapallo, papa, olluco, camote, pallares, calabazas el frijol y la oca.

El promedio de vida del hombre de Chilca fue de 20 a 35 años, tenían una mortalidad infantil del 40% y en determinadas situaciones donde el alimento escaseaba se practicaba el infanticidio femenino.

Se sabe que los aldeanos de Chilca desarrollaban complejos rituales funerarios colocando a sus muertos en el subsuelo, al interior de sus mismas habitaciones. Los cadáveres estaban envueltos por esteras de fibra vegetal, en las excavaciones se encontraron 420 viviendas y 251 entierros entre los cuales 5 momias de cazadores, recolectores bien conservadas.

-El hombre de Huaca Prieta.

Estudiada y excavada en 1946 por Junius Bird, quien viajó de Nueva York, como parte del Proyecto Valle de Virú, Huaca Prieta es una de tres huacas del Complejo el Brujo, siendo la más  antigua de color negro por los restos orgánicos de los que la habitaron. 

En Huaca Prieta, descubrió las huellas de los más antiguos vestigios de plantas domesticadas del Perú, además de restos de las primeras viviendas del valle –casitas semisubterráneas de paredes de canto rodado y techos de costillas de ballena– y artefactos cotidianos, como cestas decoradas con hilos de colores, tejidos de algodón, redes, mates decorados y artículos de hueso.

Al aplicar por primera vez en el país el método del carbono 14, Bird constató que estas evidencias, que dató alrededor del 2300 a.C., precedían las de Chavín en mil quinientos años.

Las primeras mediciones se realizaron en los laboratorios de Chicago en 1950 empleando carbono sólido y arrojaron 2,400 años antes de Cristo; no obstante en 1955 se insistió en otros análisis en los laboratorios Lamont ensayando la aplicación de dióxido de carbono en dos muestras que arrojaron 2,125 a.J.C., es decir más antiguo, que probablemente sea el año en que se inició la formación de la Huaca.

Otros trabajos realizados en carbón de leña procedentes de los estratos más bajos, arrojaron 4,297 con un margen de amplitud de 230 años; y, finalmente, otros cálculos con el mismo método  han arrojado 4,320 y 4,528 de antigüedad total, que deduciendo el año 1950 en que la mayoría de estos análisis fueron hechos nos revela 2,370 a 2,578 años antes de Cristo, el florecimiento de esta aldea. Al decir de los arqueólogos, es la  etapa del Arcaico Medio que tuvo florecimiento en nuestro, país entre 4,000 y 1,400 a.J.C.; en buena cuenta posterior al florecimiento de pueblos pertenecientes a la etapa Iítica y en las puertas de la revolución agrícola que viene  a cambiar el rumbo de la prehistoria porque se acentúa el sedentarismo y aparecen la cerámica, y otras actividades.

Su arquitectura consta de pequeñas casas de piedra y barro semi-subterráneas, cuadradas u ovaladas, con estrechas entradas y escalones de acceso. “Es en Huaca Prieta que se encontraron los adobes más antiguos y mejor elaborados, cónicos y cilíndricos, hasta ahora descubiertos,...”. Además de artefactos líticos, restos de pallares, frijoles, calabazas, zapallos, y de abundantes recursos marinos. También se encontraron 33 esqueletos en posición flexionada cubiertos con esterillas.

Su  alimentación tuvo poca vinculación con las plantas y más bien se surtió de productos marinos cuyos desperdicios abundan, sobresaliendo peces, mejillones, almejas, cangrejos, erizos y hasta estrellas de mar. Para conseguir abundante alimento, confeccionó redes, rudimentarios anzuelos, fue recolector y hasta zambullidor para poder atrapar almejas que viven a no menos de 5 metros de profundidad.

De los diversos mates encontrados dos tenían diseños: una de estas calabazas mide 6.5 cm. de diámetro por 4.5 cm. de alto y tiene su respectiva "tapa; su decoración consiste en 4 caras que ocupan iguales superficies. Estos fueron encontrados en una tumba dentro de un bolso de algodón y se sabe que "las calabazas estaban tan podridas que apenas si tenían más consistencia que la ceniza de un cigarro puro", como dice su descubridor, agregando que "hubieran sido abandonados de no mostrar huellas de estar grabados". Después de una difícil  tarea de restitución a base de aplicar una solución de acetato de celulosa, acetona y acetato amilico, se consiguió su endurecimiento y por lo tanto su salvación, considerándoseles como una muestra única en el mundo.

En lo que se refiere a la textilería de algodón se han encontrado muestras que exhiben técnicas de "torzal con trama espaciada y urdimbre visible",  otras son anudadas, tejidas o enlazadas".  En sus diseños hay figuras de aves que se repiten invertidas y al revés, serpientes bicéfalas, combinadas con figuras de cangrejos, loros, cóndores, etc. y por esta variedad de decorados, se estima que en lo textil expresaron mejor sus inquietudes.