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SE SUBASTÓ LA COLECCIÓN BARBIER – MUELLER DE ARTE PRECOLOMBINO EN 10.3 MILLONES DE EUROS

 

La casa de subastas Sotheby’s en Paris realizo la venta de piezas de arte precolombino de la colección Barbier-Mueller. El viernes 22 de marzo de 2013 a pesar de las peticiones de los gobiernos de Perú, Guatemala y de México de anular esta operación, se empezó a subastar un conjunto compuesto de 313 piezas, de las cuales 69 son procedentes de Perú, la parte de la colección referente a Sudamérica precolombina.

La colección de la familia Barbier-Mueller fue iniciada alrededor de 1920 por el patriarca, Josef Mueller, en este año Josef Mueller compra al coleccionista húngaro Joseph Brummer la escultura Diosa del Agua, de origen azteca del Valle de México. En ese entonces, pocas personas estaban interesadas en el arte precolombino. Continuando su yerno desde los años 1950, llegando a juntar la más importante colección de arte primitivo del mundo. Estando constituida las secciones de esta colección por orden de importancia, África, Insulindia (la Indonesia “primitiva”), Oceanía, las Américas (precolombina y poscolombina), el Asia tribal y, de un modo general, las fases arcaicas o prehistóricas de las grandes civilizaciones (Grecia, Italia, Japón, Insulindia, etc.). Estas piezas acumuladas por décadas se encontraban hasta hace poco, en exhibición dentro del autodenominado Museo Barbier-Mueller de Arte Precolombino, en Barcelona. Tras el cierre de esa institución en setiembre del año pasado, las piezas fueron preparadas para la subasta.

Entra algunas de las piezas de esta colección en patrimonio peruano tenemos como por ejemplo un mortero de Serpientes Inca (1400-1500 d.C.), un collar de Conchas de la cultura Nasca (200-600 d.C.), un rostro felino de la cultura Mochica de procedencia de Lambayeque, el cual se subasto en más de 383 mil dólares, obtenida gracias al mercado negro que opera desde hace varias décadas en el Perú. Entre las piezas de origen mesoamericano tenemos: dos esculturas en piedra de la diosa azteca de las aguas terrestres, una figura antropomórfica de la cultura Diquís, sin embargo, las obras más icónicas y costosas, la Venus Chupicuaro del 400 a.C., procedente del estado de Guanajuato y vendida en más de dos millones de euros y el pato en vuelo de la cultura Tarasca, procedente de Michoacán y fechado entre 1200 y 1500 d. C.. Ambas piezas pertenecieron al coleccionista canadiense Guy Joussemet, un fragmento de incensario maya entre otras piezas.

Asimismo, ante las críticas y las denuncias recibidas por el gobierno de Perú, la defensa de Barbier-Mueller indica que: “en Francia no se aplica la ley peruana de 1822 (que prohíbe la salida del país de bienes arqueológicos sin autorización), sino la Convención de la Unesco de 1970 que Francia ratificó en 1997 y no es retroactiva”, esta ley no se aplica para bienes que hayan sido introducidos con anterioridad. Dejando muy poca capacidad de reacción dentro del marco legal para la protección de bienes arqueológicos, por lo que situaciones como esta se debería llegar a un arreglo previo entre las partes involucradas, para que los países del cual fueron extraídos mantengan dicho patrimonio, ya que para ellos tienen un valor cultural y de identidad incalculable, ya no un valor monetario. Como lo denunció el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia de México) en un comunicado publicado el miércoles. Esta subasta “despoja a estos bienes únicos e invaluables de su esencia cultural, histórica y simbólica, convirtiéndolos en mercancías o meras curiosidades”.

Con motivo de la subasta, Sotheby’s ha encargado a la editorial 5 Continents de Milán la publicación de tres libros, el catálogo y los volúmenes Mésoamérique e Amérique central y Amérique du Sud, con 180 imágenes en color cada uno para el registro y divulgación de dicha colección.

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